29 julio 2008

¿Qué estamos haciendo mal?

Los periodistas hace tiempo que nos enfrentamos con una sentencia profética lanzada por los gurús y comerciantes de la internet: los diarios en papel desaparecerán. No se sabe cuándo, ni cómo, solo se sabe que sucederá. Hace un par de años esa idea me preocupaba mucho. Ahora menos.

Porque siempre habrá lectores. Muchos o pocos, pero habrá. Mucha gente ya no lee los diarios en papel solo para informarse --la televisión y la internet nos ganan la batalla de la inmediatez--, sino por el solo gusto de mantener ese ritual en que se ha convertido "leer el periódico".

Pero eso no durará mucho, es cierto. Por eso los periodistas nos descubrimos todos los días planeando nuevas maneras de "secuestrar" lectores de esa generación que nace con un Hi5 bajo el brazo. El primer paso es saber qué estamos haciendo mal. Por qué no nos leen.

El blog Visualmente se ha tomado el trabajo de averiguarlo. Han creado una sección llamada "Yo no leo diarios" donde periódicamente exponen las razones de los jóvenes para abandonar lo que se solía llamar "la prensa". No son verdades universales, ni quiere decir que tenemos dar lo que le gusta a la gente, pero, de hecho, saber cómo piensan es una buena manera de acercarnos a ellos. Aquí algunas de sus respuestas.

01 julio 2008

Los periodistas deportivos

Así, precisamente, se titula el último post de Juanma Trueba, uno de los mejores cronistas deportivos españoles. Cito:

Decía yo, aunque más adornado, que sobre el periodista deportivo recaen ciertos prejuicios. Hay quien considera que la principal característica del periodista deportivo es que le regalan entradas para el fútbol y demás acontecimientos, hecho que marca una vida de alegría, despreocupación y eterna adolescencia que se refleja en un cerebro a medio cocer.

Según esta opinión, el periodismo deportivo sería un buen compañero de fiesta, pero sus juicios no se tomarían muy en serio, por la temática (banal) y por los autores de la cosa (generalmente trasnochadores).

No negaré que conozco a compañeros que responden al arquetipo, pero no son mayoría (absoluta, al menos) y jamás me regalan entradas. Sin embargo, hay otros muchos cuyas inquietudes generales responden a las de la gente de su edad y aquí hay gente de todas las edades y cortes de pelo. Es evidente que el deporte (la información deportiva) no tiene influencia en la economía o la política internacional, pero no debería ser menospreciado por tratarse de un entretenimiento, cuando lo son también el cine o el teatro, sin que a nadie se le ocurra subestimarlos por eso. Entiendo que el objetivo del periodista deportivo debe ser contestar al prejuicio con calidad en los temas y elegancia en las formas. Y en eso andamos.