22 noviembre 2005

Cuando pienses en volver, Daniel

Mi amigo Daniel llegó hace unas semanas a Lima de vacaciones. Él vive en Madrid, no es periodista, sino un peruano como la mayoría de los que están en España: trabaja en un restaurante, vive en un cuarto alquilado, tiene una novia rubia europea y manda dinero a su familia en Perú.

Hace unos meses hablamos media hora por teléfono. Me contaba que extrañaba a su familia, a la comida, que no se acostumbraba, hablaba de lo duro que lo había pasado y que cambiaría todo por su lindo país.

Hoy, después de unas chelas y humearse con el cigarro ajeno, el mío -dice que el Marlboro que venden aquí en Lima y que viene de Venezuela no tiene sabor comparado al que venden en Madrid, y que yo imagino americano o europeo-, está desilusionado de lo que encontró. Digamos que él ha avanazado más rápido que su país y que todos los que estamos aquí.

Daniel afirma que lo que nos cuentan la televisión y la prensa en Lima sobre los peruanos en España, es pura fantasía, que en realidad todos la pasan muy duro, que muchos peruanos son 'choros', mendigos, que roban y hacen plata y vuelven al país diciendo que ha progresado y siguen haciendo plata. Lo dice con amargura, como si le doliera en lo más profundo, y quizá sí.

Algún resentido diría quizá que mi amigo tiene la mentalidad europea, que ha cambiado, pero pienso que no, que él sigue siendo peruano, un peruano en Europa, un peruano arraigado a su cultura al que le cuesta comprender que las cosas son como son, que el común de sudamericanos somos provincianos, y que los europeos son ciudadanos del mundo. Bueno, de Europa al menos.

Con sus palabras Daniel me demuestra esto, él todavía no ha adquirido la mentalidad europea, pero ya está comenzando: por sus palabras entiendo que no piensa volver. No importa. Seguirá siendo mi amigo peruano en Madrid.

15 noviembre 2005

Perdimos a Expreso... otra vez


El diario Expreso tiene un tufillo fujimorista que hace recordar -guardando las distancias- al pasquín en que lo convirtió Callmel del Solar. Y yo no leo Expreso, ni que no hubiera diarios más atractivos a la vista, pero miro las portadas desde la ventana de la combi y es suficiente para tener una idea de la posición del diario que dirige el llamado 'muerto fresco', Carlos Espá.

En la edición de ayer 14 de noviembre presentaron en portada un "Exclusivo" informe sobre el plan de Fujimori para regresar al Perú: "Lo que se viene", titulaba. Me dio la impresión de que era un anuncio más que una noticia de portada, osea una publicidad asolapada. Encima, resulta que el supuesto informe "exclusivo" no lo era tanto, porque al final, el diario se contradijo y terminó admitiendo que era un refrito tomado del diario La Tercera de Chile. Si van a mentir, pues que lo hagan bien al menos, con poner Agencias bastaba para salvar el pellejo del roche.

Eso no es todo. Al interior de la nota se leía un recuadro que decía algo así como "Candidato sí o sí". ¿Qué es esto? De veras que da rabia darse cuenta que el chino ha movido bien sus fichas. Ahí está la alianza de agrupaciones fujimoristas, el programa de Lúcar -me parece que en El Comercio leí que Día D había tenido algo así como un "remember" de los 90- y ahora un diario que a pesar de sus limitaciones venía haciendo la pelea por hacer algo diferente, deja de informar, por ejemplo, que los chilenos no quieren al japonés para poner que "será candidato sí o sí".

Estos ejemplos son sólo de la edición de ayer, que me comí casi entera -sal de andrews por favor- sólo para comprobar la tendencia que había percibido desde que vi aquella portada con otra "exclusiva" entrevista a la novia de Fujimori. La nota, para variar, era del diario chileno Las Ultimas Noticias. Parece que la prensa otra vez está "alineadita" como decía VMT en uno de los vladivideos.

11 noviembre 2005

Fujimoristas en mi cocina


Hace unas noches discutí con mi padre a la hora de la cena. No me gusta hacerlo, pues se le viene la bilis cuando se amarga y yo también hablo a veces sin pensar, pero cuando se defienden las ideas políticas, él y yo nos atrincheramos a nuestro lado de la mesa y nos armamos con palabras y recortes periodísticos para comenzar la batalla. Al final nos molestamos, y ambos nos vamos derrotados y no nos hablamos por un rato.

Mi padre es una gran tipo. Ha cumplido con sus obligaciones básicas: me ha dado educación, alimentación, cariño, etc. Y como todos los padres también tiene sus defectos: es avaro, renegón, terco, etc. Pero hay una característica en él -que ha contagiado a mi madre- que declaro inclasificable por respeto a su investidura paterna: es fujimorista.

En parte lo entiendo. Él se jubiló dos años después del segundo gobierno de Fujimori. Cuando aparentemente todo estaba mejor con el chino, y quien diga que no sentía una mejoría con respecto a la década anterior que tire la primera pieda. Entonces se fue a vivir a provincias, a hacer de agricultor. Según me cuenta, gracias al 'chino' hubo algunas mejoras también en ese zona de olvidados. Entiendo todo eso.

También comprendo que fue militar. En realidad era de la policía, pero estaba acostumbrado a ese ritmo de vida cuadriculada que llevan los hombres de armas. Y puedo entender que ha crecido entre el machismo y el autoritarismo.

Lo que no soporto es que ignore que el chino fue un violador de derechos humanos, que niegue que si el chino no hubiera robado podría haber hecho más obras, que use como argumento que todos roban, que él acabó con el terrorismo, y que me diga que nada está probado, que Montesinos es el culpable de todo, y que el chino va a venir y ser presidente.

Cuando me sale con esas cosas muchas veces quiero explotar y gritarle la ignorancia en la que ha caído, pero prefiero guardar silencio y admitir desconsolado que es inútil, que su generación está perdida y que la lucha la tendremos que hacer nosotros, los que no recordamos tanto los bombazos de Sendero Luminoso, pero que sí marchamos alguna vez a Palacio de Gobierno a protestar contra la dictadura.

Cuando me sale con esas cosas mi padre, prefiero cambiar de tema y preguntarle cómo están sus chacras y que tal la salud de la abuelita.

05 noviembre 2005

De la miseria humana en la Vía Expresa

El payasito terminó de hacer sus malabares y se acercó a los autos estacionados para pasar el sombrero. Husmeaba por las ventanillas pero pasaba rápidamente de largo sin que alguna mano lo detuviera. Su compañero lo mirada desde un lado de la avenida. Esperaba sentado su turno y observaba a su compañero. La luz roja del semáforo estaba a punto de cambiar.

El payasito apuraba el paso. Hasta que un brazo salió desde un Volvo negro y le entregó una botella de Guaraná medio vacía. El payaso la cogió con indiferencia, como si estuviera acostumbrado a recibir por su arte ese envase a cambio de monedas. El semáforo parpadeó, y el payaso corrió a sentarse al lado de su compañero. Ambos compartieron el refresco.

Yo observaba la escena desde un taxi más atrás, y me dieron ganas de bajarme del auto y mandar a la mierda al conductor del Volvo y al payasito, por huevón. Cualquier limosna no vale la humillación. Pero en esta Lima que se muere de hambre y que cada día es más horrible de lo que fue ayer, las migajas sirven, aunque sean de pan hongueado.

01 noviembre 2005

El último telegrama del mundo


“Después de existir durante casi 160 años, el servicio de telegramas será suspendido de forma definitiva en Austria a finales de este año, informó hoy la compañía semi-estatal de telecomunicaciones Telekom Austria (TA)”, informó, a su vez, la agencia EFE. Según la agencia, el servicio no puede competir con el correo electrónico, la telefonía móvil, y el fax.

¿Estamos hablando acaso del primer medio de comunicación que cae derrotado ante las nuevas tecnologías y, más precisamente, ante la Internet? Creo que sí. Ha caído después de más de medio siglo en Austria, donde el primer telegrama fue enviado en 1847.

De unos 23 millones de telegramas que se enviaron en 1913, casi un siglo después, sólo se mandaban unos 120 mil. Internet ha ganado, señores, su primera batalla. Pienso que después, mucho después, el envío de cartas por correo tradicional será sólo un gesto romántico, como un paseo en carruaje, y después será la televisión (el último ipod de Apple al parecer no ha tenido tan mala acogida como se pensaba), la radio, y ¿el cine? No sé porqué pienso que el cine seguirá adoptando los avances tecnológicos pero no desaparecerá.

Este post será más bien breve, porque tengo que salir corriendo a mandar mi primer y, tal vez, mi último telegrama.